sábado, 14 de noviembre de 2015

Julio Verne, el soñador


Julio Verne está en el origen de la curiosidad, la aventura, el descubrimiento de muchos lectores que, al llegar a la edad adulta, quisieron acometer lo que el autor imaginó.


Nace en Nantes (Francia) el 8 de febrero de 1824. Fue un joven rebelde y propenso a la aventura.Desde muy pronto siente inclinación por los viajes. Intenta fugarse en un navío hacia la India cuando tenía once años. Su padre consigue detenerle en el mismo barco y le obliga a prometer que nunca pretenderá viajar más que con la imaginación. En 1844 asiste el Liceo Real de Nantes y comienza a escribir pequeños poemas. Viajó por Inglaterra y Escocia, lo que le inspiró para escribir relatos. Funda la Sociedad para la Investigación Aérea en 1862. 
Su primer éxito le llegó cuando publicó Cinco semanas en globo (1863), un gran éxito gracias al cual firmó un espléndido contrato con la editorial de Hetzel, que le garantizaba la cantidad anual de veinte mil  francos durante los siguientes veinte años, a cambio se obligaba a escribir dos novelas de un nuevo estilo cada año. 


Escritor al que le encantaba la ciencia y los inventos en el siglo XIX. Documentaba sus aventuras y predijo acertando muchos de los logros científicos del siglo XX. Escribió sobre cohetes espaciales, submarinos, helicópteros, aire acondicionado, misiles dirigidos e imágenes en movimiento, mucho tiempo antes de que aparecieran.

Entre sus libros destacan: Viaje al centro de la tierra (1864), De la tierra a la luna (1865), Veinte mil leguas de viaje submarino (1870), La isla misteriosa (1870) y La vuelta al mundo en ochenta días (1872). Autor de más de ochenta títulos que han sido traducidos a 112 idiomas. Sus obras fueron llevadas al cine.

En Madrid podéis disfrutar a una exposición muy interesante sobre el escritor en la Fundación Telefónica (Gran Vía). Estará hasta el próximo 21 de febrero. Os dejo aquí un enlace para que tengáis una información más precisa:
http://espacio.fundaciontelefonica.com/julio-verne-los-limites-de-la-imaginacion/



Una preciosa colección de la primera edición de su obra realizada en España abre la exposición donde, además, podéis observar objetos científicos de la época que inspiraron las aventuras del escritor.


Miguel Strogoff. Acompañado de Nadia, una joven que sigue el mismo camino, y de los de los ocurrentes periodistas Blount y Jolivet, ocasionales y recurrentes compañeros, Miguel Strogoff se verá envuelto en los más peligrosos episodios para intentar alcanzar el éxito y llegar al fin de su increíble viaje a través de las estepas rusas, con el mensaje del zar a su hermano, el gran Duque. 



En la época del escritor (siglo XIX) fueron muy comunes la expediciones científicas. Estas misiones tenían como objetivo cartografiar (dibujar mapas) las diferentes regiones, estudiar especies nuevas de animales y plantas (los dibujos de estas fotos forman parte del estudio de animales, entonces no existían las cámaras fotográficas y tenían que plasmar con detalle el descubrimiento de las nuevas especies), realizar observaciones astronómicas y meteorológicas (del tiempo atmosférico), probar nuevas teorías en la forma de calcular la longitud, etcétera. 

Este curioso objeto es una cámara oscura. La cámara oscura está formada por una caja y un objetivo que contiene un sistema de lentes (más o menos como las lentes de nuestras gafas). Dentro de la caja se introducía una linterna (vela)  que, gracias a las lentes y a la oscuridad de la habitación, producía la proyección de las imágenes (en placas de cristal) aumentadas sobre una pared. Sí, chicos y chicas, lo que estáis pensando es totalmente cierto: es como el proyector de clase. Esta artefacto está en los orígenes de la fotografía y el cine. Entonces los expedicionarios dejaban boquiabiertos con los dibujos de las nuevas especies a la comunidades científicas en Europa y América.



Este globo terráqueo fue inspiración para Julio Verne en muchas aventuras sobre el papel. Imaginó qué sucedería en cualquier punto del mundo que su dedo detuviera al girar la esfera. O aún más interesante, si cabe,  qué sucedería bajo la corteza de la Tierra, en sus profundidades. "¿Podrá el ser humano viajar algún día al centro de la Tierra?", se preguntaba. "¿Podrá viajar fuera de la Tierra y ver su redondez desde el espacio? Y si llegase a la luna, ¿qué se encontraría allí? Estas curiosas preguntas, ignoradas en su época, convirtieron a Julio Verne en el primer escritor de ciencia ficción.  Así se imaginó Verne el paisaje lunar en su novela De la Tierra a la Luna

                         
  

 ¿Quién no ha visto una "peli" de ciencia ficción? Pues varios autores fueron los precursores del género, aquellos que imaginaron cosas extraordinarias partiendo de los descubrimientos científicos reales, Julio Verne,  H.G.Welles  en literatura o George Meliés en el cine. Meliés dirigió su particular  "Viaje a la Luna" convirtiendo esta película (1902) en la primera de ciencia ficción de toda la historia.                      
                         
 

A Julio Verne le fascinaba el mar. En su obra, Veinte mil leguas de viaje submarino narra las aventuras del profesor Aronnax, notable biólogo, que es hecho prisionero por el capitán Nemo y conducido por los océanos a bordo del submarino Nautilus. ¿Conocería Verne el invento de nuestro ilustre ingeniero de Cartagena, Isaac Peral?

                                   Prototipo de submarino de Isaac Peral (1885)


Interior de un buque de carga o mercante antiguo 


Brújula (señala el norte magnético terrestre) y

octante (observa la altura de los astros sobre el horizonte del mar). Son los instrumentos que se empleaban en la navegación, equivalentes a nuestro actual GPS.



Este es un invento de Abad de la Chapelle consistía en un traje realizado en corcho que permitía que los soldados pudieran flotar y atravesar un curso de agua. La Academia de las Ciencias francesa no le encontró utilidad a este invento pero retuvo su nombre, pues años más tarde la palabra "escafandra" (cuyo significado es hombre barco) fue conservada  para equipos de respiración subacuática( o sea, bajo el mar). Así, actualmente, la palabra ya no se refiere al invento de de la Chapelle sino a un conjunto de equipos y dispositivos que permiten que una persona pueda entrar con seguridad en un entorno peligroso. Por cierto, el señor que está al lado de la escafandra de buzo no es el capitán Nemo, soy yo mismo.

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